Autoridades indígenas, representantes del Gobierno Nacional y la Gobernación de Nariño avanzan en el proceso de consulta previa que fortalece la creación de la Zona de Ubicación Temporal (ZUT) para el grupo Comuneros del Sur, como parte de la construcción de una paz duradera.
En el resguardo del Gran Mallama, se desarrolló la tercera jornada de consulta previa, espacio participativo donde las comunidades indígenas expresaron propuestas y expectativas frente al proceso que busca consolidar la transición de los actores armados a la vida civil. Esta iniciativa se llevó a cabo en el Municipio de Mallama, en los corregimientos de El Arco, Pusquer y San Miguel, con el propósito de convertir los territorios históricamente afectados por el conflicto en escenarios de convivencia, reconciliación y desarrollo.
El Jefe de la Delegación del Gobierno Nacional en la Mesa de Diálogo con Comuneros del Sur, Carlos Erazo, destacó el valor del encuentro: “Por fin la comunidad es escuchada directamente por el Gobierno Nacional y el Gobierno Departamental. Aquí la paz se traduce en hechos que transforman vidas”.
Durante el encuentro, las comunidades resaltaron los avances alcanzados en el territorio, como la disminución de la violencia, la erradicación del reclutamiento de menores y el fortalecimiento del gobierno propio y la Guardia Indígena. El Gobernador del resguardo, Edgar Ramiro Velásquez, manifestó: “Nuestra comunidad apoya plenamente la paz territorial. Después de años de conflicto, hoy trabajamos por la reconciliación y el desarrollo con inversión social”.
Según la Mesa de Co-construcción para la Paz Territorial, el proceso de consulta previa representa la mitad del camino hacia la formalización de la ZUT, un mecanismo que avanza con acompañamiento institucional y el apoyo de la cooperación internacional. Para Manuela Urrego, Gerente de proyectos de esta mesa, “la consulta previa refleja el diálogo intercultural en su máxima expresión; las comunidades no solo ratifican su compromiso con la paz, sino que proponen soluciones reales para fortalecer su autonomía”.
El proceso de consulta previa en el Gran Mallama consolida un modelo de diálogo incluyente que une a las instituciones y a las comunidades en torno a un mismo propósito: transformar el territorio desde la participación y la esperanza. La construcción de paz se fortalece cuando las voces locales orientan el futuro y convierten los acuerdos en oportunidades de vida digna y desarrollo sostenible.
