A cuatro horas del Municipio de Cumbal, en el corazón del Resguardo Indígena de San Juan de Mayasquer, las paredes de la Institución Educativa Técnico Comercial dejaron atrás el gris del tiempo para pintarse de color. No fue solo pintura lo que llegó hasta allí, sino un abrazo colectivo de arte, compromiso y esperanza.
Con brochas, aerosoles y la voluntad de decenas de manos, el programa Pintando Sueños de Vida, liderado por la Gestora Social del Departamento de Nariño, ingeniera Ingrid Cortes, alcanzó un hito histórico: transformar la escuelita número 100. Una meta que no se mide en cifras, sino en sonrisas, identidad y trabajo comunitario.
La iniciativa, creada para llevar arte y oportunidades a las escuelas más remotas del departamento, ha recorrido trochas, cruzado montañas y vencido el olvido. En este camino, se han utilizado 594 cuñetes de pintura Koraza 550 tipo 1 Exterior, resistente a lluvias y temperaturas extremas, y 4.455 unidades de color que han dado vida a murales que cuentan historias: la de cada comunidad educativa.
El impacto es tan visible como profundo: cerca de 3.000 niños y niñas nariñenses han encontrado en sus escuelitas no solo un lugar para aprender, sino un espacio que les recuerda quiénes son y hacia dónde pueden llegar.
“Cada escuelita pintada es un acto de amor y un compromiso con el futuro de nuestros niños y niñas. El arte es una herramienta de transformación social que despierta orgullo, pertenencia y oportunidades. Agradecemos a todos aquellos que hacen parte de este proceso: donantes, artistas, voluntarios y, en general, a cada uno que se vinculó a esta estrategia tan enriquecedora y llena de arte”, afirmó la Gestora Social Ingrid Cortes.
Los estudiantes también expresaron su alegría. Edgar Riofrío, personero de la Institución Educativa Mayasquer, aseguró que el nuevo aspecto de su colegio fomenta la cultura, la creatividad y el sentido de pertenencia: “Es uy gratificante ver nuestra institución colorida y viva”.
El Alcalde de Cumbal, Héctor Tapie, destacó que el programa “no solo pinta sueños, sino esperanza” y resaltó que estas acciones fortalecen la paz territorial y evidencian un buen gobierno cercano a las comunidades.
Con la intervención de la escuelita #100, Pintando Sueños de Vida reafirma su propósito de seguir llevando color, arte y vida a los rincones más apartados de Nariño, recordando que un mural no es solo pintura: es el inicio de una nueva historia para toda una comunidad.
